sábado, 18 de enero de 2014

Isaías 49, 3-6. Mientras que yo pensaba: «He trabajado en balde, en vano he gastado mis fuerzas, para nada.»















El me dijo: «Tú eres mi servidor, Israel, y por ti me daré a conocer.»
Mientras que yo pensaba: «He trabajado en balde, en vano he gastado mis fuerzas, para nada.» Yavé, sin embargo, protegía mis derechos, mi Dios guardaba mi salario, pues soy importante para Yavé, y mi Dios e hizo mi fuerza.
Y ahora ha hablado Yavé, que me formó desde el seno materno para que fuera su servidor, para que le traiga a Jacob y le junte a Israel:

«No vale la pena que seas mi servidor únicamente para restablecer a las tribus de Jacob, o traer sus sobrevivientes a su patria. Tú serás, además, una luz para las naciones, para que mi salvación llegue hasta el último extremo de la tierra.»



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