domingo, 31 de enero de 2016

SALMO 3 – É O SENHOR QUEM ME SUSTENTA E ME PROTEGE

nacho galindo salmo 3

Trazendo a Arca - Salmo 3

VOX DEI - SALMO 3

LEVÁNTATE Y SÁLVAME Salmo 3 Marcos Witt

Hallel Hebrea Tehillim Salmos 3 La Salvación viene de YHWH

Salmo 3 Alas de Aguila Con Letra

Salmo 3

Marcos 5, 1-20. ¡No te metas conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo! Te ruego por Dios que no me atormentes!













Llegaron a la otra orilla del lago, que es la región de los gerasenos.

Apenas había bajado Jesús de la barca, un hombre vino a su encuentro, saliendo de entre los sepulcros, pues estaba poseído por un espíritu malo.

El hombre vivía entre los sepulcros, y nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas.

Varias veces lo habían amarrado con grillos y cadenas, pero él rompía las cadenas y hacía pedazos los grillos, y nadie lograba dominarlo.

Día y noche andaba por los cerros, entre los sepulcros, gritando y lastimándose con piedras.

Al divisar a Jesús, fue corriendo y se echó de rodillas a sus pies.

Entre gritos le decía: ¡No te metas conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo! Te ruego por Dios que no me atormentes.

Es que Jesús le había dicho: «Espíritu malo, sal de este hombre.»

Cuando Jesús le preguntó: ¿Cómo te llamas?, contestó: Me llamo Multitud, porque somos muchos.

Y rogaban insistentemente a Jesús que no los echara de aquella región.

Había allí una gran piara de cerdos comiendo al pie del cerro.

Los espíritus le rogaron: Envíanos a esa piara y déjanos entrar en los cerdos. Y Jesús se lo permitió.

Entonces los espíritus malos salieron del hombre y entraron en los cerdos; en un instante las piaras se arrojaron al agua desde lo alto del acantilado y todos los cerdos se ahogaron en el lago.

Los cuidadores de los cerdos huyeron y contaron lo ocurrido en la ciudad y por el campo, de modo que toda la gente fue a ver lo que había sucedido.

Se acercaron Jesús y vieron al hombre endemoniado, el que había estado en poder de la Multitud, sentado, vestido y en su sano juicio. Todos se asustaron.

Los testigos les contaron lo ocurrido al endemoniado y a los cerdos, y ellos rogaban a Jesús que se alejara de sus tierras.

Cuando Jesús subía a la barca, el hombre que había tenido el espíritu malo le pidió insistentemente que le permitiera irse con él.

Pero Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa con los tuyos y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y cómo ha tenido compasión de ti.

El hombre se fue y empezó a proclamar por la región de la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; y todos quedaban admirados.

viernes, 22 de enero de 2016

Salmo 80 - 6ª feira da 17ª Semana do Tempo Comum

salmo 80 "Aclamad a Dios, nuestra fuerza"

CCB Salmo 80 Cantado em Hebraico

Marcos 3, 22-29. En cambio el que calumnie al Espíritu Santo, no tendrá jamás perdón, pues se queda con un pecado que nunca lo dejará!



















Mientras tanto, unos maestros de la Ley que habían venido de Jerusalén decían: «Está poseído por Belzebú, jefe de los demonios, y con su ayuda expulsa a los demonios.»

Jesús les pidió que se acercaran y empezó a enseñarles por medio de ejemplos:

«¿Cómo puede Satanás echar a Satanás? Si una nación está con luchas internas, esa nación no podrá mantenerse en pie.

Y si una familia está con divisiones internas, esa familia no podrá subsistir.

De igual modo, si Satanás lucha contra sí mismo y está dividido, no puede subsistir, y pronto llegará su fin.

La verdad es que nadie puede entrar en la casa del Fuerte y arrebatarle sus cosas si no lo amarra primero; entonces podrá saquear su casa.

En verdad les digo: Se les perdonará todo a los hombres, ya sean pecados o blasfemias contra Dios, por muchos que sean.

En cambio el que calumnie al Espíritu Santo, no tendrá jamás perdón, pues se queda con un pecado que nunca lo dejará.»

martes, 12 de enero de 2016

Roberto Torres- Pacientemente Esperé (Salmo 40) (CanZion Producciones)

ECCOMI! Salmo 40

Pacientemente- Salmo 40 - Patricio Curinao

Salmo 40. "¡Dios es grande!"



















Esperaba, esperaba al Señor, él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor, me sacó de la fosa fatal del barro del pantano; puso mis pies sobre roca y aseguró mis pasos.
Puso en mi boca un cántico nuevo, de alabanza a nuestro Dios. Muchos al verlo temerán y pondrán su confianza en el Señor.
Feliz el hombre que cuenta con el Señor, que no escucha a los cínicos ni se pierde en sus mentiras.
¡Cuántas maravillas has hecho, Señor, mi Dios, cuántos proyectos en favor nuestro! Nadie se te puede comparar. Yo quisiera publicarlas y contarlas, pero son demasiado para enumerarlas.
No quisiste sacrificios ni ofrendas- lo dijiste y penetró en mis oídos- no pediste holocaustos ni víctimas.
Entonces dije: "Aquí estoy, de mi está escrito en el rollo del Libro.
He elegido, mi Dios, hacer tu voluntad, y tu Ley está en el fondo de mi ser".
Publiqué tu camino en la gran asamblea, no me callé, Señor, tú bien lo sabes.
No encerré tus decretos en el fondo de mi corazón: proclamé tu fidelidad y tu socorro. No oculté tu amor y tu verdad en la gran asamblea.
¡Tú, Señor, no me niegues tu ternura, que tu amor y tu verdad me guarden siempre!
Me rodean desgracias incontables, mis culpas recaen sobre mí y no hay salida, son más que los cabellos de mi cabeza y me falla el corazón.
Dígnate liberarme, Señor, Señor, ven pronto a socorrerme.
¡Queden avergonzados y humillados todos los que atentan contra mi vida; que retrocedan confundidos los que se alegran con mi desgracia!
Que se escondan de vergüenza los que dicen: "¡Esta vez lo pillamos!"
Pero que en ti se alegren y regocijen todos los que te buscan, y que repitan siempre: "¡Dios es grande!" los que desean tu salvación.

¡Piensa en mí, oh Dios, en mí que soy un pobre y desdichado! ¡No te demores, mi Dios, pues tú eres mi socorro y salvación!

lunes, 4 de enero de 2016

Salmos 72 - Cid Moreira - (Bíblia em Áudio)

OREMOS CON EL SALMO 72

Salmo 72. Librará al mendigo que le clama, al pequeño, que de nadie tiene apoyo; él se apiada del débil y del pobre!





















Oh Dios, comunica al rey tu juicio, y tu justicia a ese hijo de rey, para que juzgue a tu pueblo con justicia y a tus pobres en los juicios que reclaman.
Que montes y colinas traigan al pueblo la paz y la justicia.
Juzgará con justicia al bajo pueblo, salvará a los hijos de los pobres, pues al opresor aplastará.
Durará tanto tiempo como el sol, como la luna a lo largo de los siglos.
Bajará como la lluvia sobre el césped, como el chubasco que moja la tierra.
Florecerá en sus días la justicia, y una gran paz hasta el fin de las lunas.
Pues domina del uno al otro Mar, del Río hasta el confín de las tierras.
Ante él se arrodillará su adversario, y el polvo morderán sus enemigos.
Los reyes de Tarsis y de las islas le pagarán tributo; los reyes de Arabia y de Etiopía le harán llegar sus cuotas.
Ante él se postrarán todos los reyes, y le servirán todas las naciones.
Pues librará al mendigo que le clama, al pequeño, que de nadie tiene apoyo; él se apiada del débil y del pobre, él salvará la vida de los pobres; de la opresión violenta rescata su vida, y su sangre que es preciosa ante sus ojos.
Que él viva, que le den oro de Arabia, y que sin tregua rueguen por él; lo bendecirán el día entero.
¡Abundancia de trigo habrá en la tierra, que cubrirá la cima de los montes; que abunde en fruto como el Líbano, se multiplicarán como hierba de la tierra!
Que su nombre permanezca para siempre, y perdure por siempre bajo el sol. En él serán benditas todas las razas de la tierra, le desearán felicidad todas las naciones.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel, pues sólo él hace maravillas.
Bendito sea por siempre su nombre de gloria, que su gloria llene la tierra entera. ¡Amén, amén!

Aquí terminan las plegarias de David, hijo de Jesé.