martes, 28 de enero de 2014

II Samuel 7,4-17. Te fui a buscar al campo y te saqué de detrás de las ovejas para hacerte jefe de mi pueblo!




 












Pero aquella misma noche le llegó a Natán una palabra de Yavé:
«Ve y dile a mi siervo David: ¿Eres tú quien me construirá una casa para que yo permanezca en ella?
Desde que saqué a Israel de Egipto hasta el día de hoy no he tenido casa, sino que iba de un lado para otro, alojado en una tienda de campaña.
Mientras he caminado entre los israelitas, ¿me he quejado acaso a quienes ordené guiar a mi pueblo? ¿Les pedí acaso que me edificaran una casa cubierta de cedro?
Esto dirás de mi parte a David: «Te fui a buscar al campo y te saqué de detrás de las ovejas para hacerte jefe de mi pueblo.
He estado contigo en todas partes y he destruido ante ti a todos tus enemigos. Pero ahora voy a hacer que tu nombre sea famoso entre los grandes de la tierra.
Yo fijaré un lugar para mi pueblo, Israel; allí lo plantaré y allí quedará. Ya no lo molestarán ni lo seguirán oprimiendo sus enemigos como antes.
Desde el día en que constituí jueces sobre mi pueblo, a ti te he concedido la paz con todos tus enemigos, y ahora te prometo construirte una casa.»
Así dice Yavé: «Cuando se hayan acabado tus días y vayas a descansar con tus padres, yo pondré en el trono a tu hijo, fruto de tus entrañas, y afirmaré su poder.
El me construirá una casa y yo afirmaré su poder para siempre.
Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Si hace el mal, yo lo corregiré y lo pegaré como se hace con los niños, pero lo seguiré queriendo.
No lo tra taré como a Saúl, a quien eliminé de lante de ti.
Tu descendencia y tu reino estarán presentes ante mí. Tu trono estará firme hasta la eternidad.»

Natán comunicó a David todo lo que ha bía oído en esta visión.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario