jueves, 29 de agosto de 2013

El que no haga caso de estas advertencias desobedece, no a un hombre, sino al mismo Dios, que les da a ustedes su Espíritu Santo!

 1 Tesalonicenses 4,1-8
El que no haga caso de estas advertencias desobedece, no a un hombre, sino al mismo Dios, que les da a ustedes su Espíritu Santo!


Por lo demás, hermanos, les pedimos y rogamos en nombre del Señor Jesús: Aprendieron de nosotros cómo han de portarse para agradar a Dios; ya viven así, pero procuren hacer nuevos progresos.
Conocen las tradiciones que les entregamos con la autoridad del Señor Jesús:
la voluntad de Dios es que se hagan santos y que rehúyan la libertad sexual.
Que cada uno se comporte con su esposa con santidad y respeto,
y no se deje llevar por el deseo, como hace la gente que no conoce a Dios.
Que nadie ofenda a su hermano o hermana en esta materia o se aproveche de él. El Señor pedirá cuentas de todas estas cosas, como ya se lo hemos dicho y declarado.

Pues Dios no nos llamó a vivir en la impureza, sino en la santidad.
Por eso, el que no haga caso de estas advertencias desobedece, no a un hombre, sino al mismo Dios, que les da a ustedes su Espíritu Santo.



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