martes, 29 de octubre de 2013

Salmo 12. "Los pobres son despojados, gimen los humildes, ahora me levanto - dice el Señor - y prestaré socorro al que es despreciado."

Interviene, Señor, porque ya no hay hombres buenos ni se encuentran ya hombres leales.
Cada cual engaña a su prójimo, se dicen buenas palabras, pero con doblez.
Que el Señor arranque los labios mentirosos y la lengua que dice grandes frases.
Pues dicen: "Con palabras todo lo conseguiremos; si sabemos hablar, ¿quién nos va a dominar?"

"Los pobres son despojados, gimen los humildes, ahora me levanto - dice el Señor - y prestaré socorro al que es despreciado."
Las palabras del Señor son palabras seguras, son como plata pura siete veces purificada en el crisol.
Tú, Señor, cuidarás de nosotros; protégenos por siempre de esta generación.
Por doquier se andan paseando los malvados y cunde el vicio entre los hijos de Adán.



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