martes, 12 de noviembre de 2013

Lucas 17, 11-19. ¿Habrá un padre entre todos ustedes, que dé a su hijo una serpiente cuando le pide pan?












¿Habrá un padre entre todos ustedes, que dé a su hijo una serpiente cuando le pide pan?

Y si le pide un huevo, ¿le dará un escorpión?

Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del Cielo dará espíritu santo a los que se lo pidan!»

Otro día Jesús estaba expulsando un demonio: se trataba de un hombre mudo. Apenas salió el demonio, el mudo empezó a hablar y la gente quedó admirada.

Pero algunos de ellos dijeron: «Este echa a los demonios con el poder de Belzebú, jefe de los demonios.»

Y otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal que viniera del cielo.

Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: «Una nación dividida corre a la ruina, y los partidos opuestos caen uno tras otro.

Si Satanás también está dividido, ¿podrá mantenerse su reino? ¿Cómo se les ocurre decir que yo echo a los demonios invocando a Belzebú?

Si yo echo los demonios con la ayuda de Belzebú, los amigos de ustedes, ¿con ayuda de quién los echan? Ellos apreciarán lo que ustedes acaban de decir.

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