jueves, 28 de abril de 2016

Mateo 28, 16-20. Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos












Por su parte, los Once discípulos partieron para Galilea, al monte que Jesús les había indicado.

Cuando vieron a Jesús, se postraron ante él, aunque algunos todavía dudaban.

Jesús se acercó y les habló así: "Me ha sido dada toda autoridad en el Cielo y en la tierra.

Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bauticen los en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia."

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