domingo, 16 de marzo de 2014

Daniel 9, 4-10. De él esperamos solamente el perdón y la misericordia, porque no hemos escuchado la voz de Yavé, nuestro Dios, ni seguimos las leyes que él nos había dado por medio de sus servidores los profetas!
















Rogué a Yavé, mi Dios, y le hice esta confesión Señor, Dios grande y temible, que guardas la alianza y el amor a los que te aman y observan tus mandamientos.
Nosotros hemos pecado, hemos sido injustos y rebeldes y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus leyes.
No escuchamos a tus siervos los profetas, que, en nombre tuyo, hablaban a nuestros reyes, a nuestros jefes, a nuestros padres y a todo el pueblo del país
Señor, para ti la justicia, para nosotros la cara llena de vergüenza, como sucede en este día; a nosotros, a los hombres de Judá, a los habitantes de Jerusalén, a todo Israel, próximos y lejanos, en todos los países donde tú los dispersaste a causa de las infidelidades que cometieron contra ti.

Para nosotros, para nuestros reyes, para nuestros príncipes, para nuestros padres, la vergüenza, porque nos hemos sublevado contra Yavé.
De él esperamos solamente el perdón y la misericordia, porque no hemos escuchado la voz de Yavé, nuestro Dios, ni seguimos las leyes que él nos había dado por medio de sus servidores los profetas.





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