miércoles, 11 de septiembre de 2013

Lucas 6, 27-38. Sean compasivos como es compasivo el Padre de ustedes!












Yo les digo a ustedes que me escuchan: amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian,
bendigan a los que los maldicen, rueguen por los que los maltratan.
Al que te golpea en una mejilla, preséntale también la otra. Al que te arrebata el manto, entrégale también el vestido.
Da al que te pide, y al que te quita lo tuyo, no se lo reclames.
Traten a los demás como quieren que ellos les traten a ustedes.
Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué mérito tienen? Hasta los malos aman a los que los aman.
Y si hacen bien a los que les hacen bien, ¿qué gracia tiene? También los pecadores obran así.
Y si prestan algo a los que les pueden retribuir, ¿qué gracia tiene? También los pecadores prestan a pecadores para que estos correspondan con algo.
Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada a cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande, y serán hijos del Altísimo, que es bueno con los ingratos y los pecadores.
Sean compasivos como es compasivo el Padre de ustedes.
No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados.
Den, y se les dará; se les echará en su delantal una medida colmada, apretada y rebosante. Porque con la medida que ustedes midan, serán medidos ustedes.»



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