viernes, 22 de enero de 2016

Marcos 3, 22-29. En cambio el que calumnie al Espíritu Santo, no tendrá jamás perdón, pues se queda con un pecado que nunca lo dejará!



















Mientras tanto, unos maestros de la Ley que habían venido de Jerusalén decían: «Está poseído por Belzebú, jefe de los demonios, y con su ayuda expulsa a los demonios.»

Jesús les pidió que se acercaran y empezó a enseñarles por medio de ejemplos:

«¿Cómo puede Satanás echar a Satanás? Si una nación está con luchas internas, esa nación no podrá mantenerse en pie.

Y si una familia está con divisiones internas, esa familia no podrá subsistir.

De igual modo, si Satanás lucha contra sí mismo y está dividido, no puede subsistir, y pronto llegará su fin.

La verdad es que nadie puede entrar en la casa del Fuerte y arrebatarle sus cosas si no lo amarra primero; entonces podrá saquear su casa.

En verdad les digo: Se les perdonará todo a los hombres, ya sean pecados o blasfemias contra Dios, por muchos que sean.

En cambio el que calumnie al Espíritu Santo, no tendrá jamás perdón, pues se queda con un pecado que nunca lo dejará.»

No hay comentarios.:

Publicar un comentario