I Timoteo 4, 12-16
Un modelo de los creyente!
Mientras llego, dedícate a la lectura, a la predicación y a la enseñanza.
No descuides el don espiritual que recibiste de manos de profetas cuando el grupo de los presbíteros te impuso las manos.
Ocúpate de estas cosas y fíjate en lo que dije; así todos serán testigos de tus progresos.
Cuida de ti mismo y de cómo enseñas; persevera sin desanimarte, pues actuando así te salvarás a ti mismo y a los que te escuchan.
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