I Timoteo 3 14-16
Grande es el misterio de la Bondad!
Que sepa gobernar su propia casa y mantener a sus hijos obedientes y bien criados.
Pues si no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo podrá guiar a la asamblea de Dios?
No se debe escoger a un recién convertido, no sea que el cargo se le suba a la cabeza y el diablo lo haga caer.
Es necesario también que goce de buena fama ante los que no pertenecen a la Iglesia, para que no hablen mal de él y caiga en las redes del diablo.
Los diáconos también han de ser respetables y de una sola palabra, moderados en el uso del vino y que no busquen dinero mal ganado; que guarden el misterio de la fe en una conciencia limpia.
Primero sean sometidos a prueba y después, si no hubiera nada que reprocharles, sean aceptados como diáconos.
Las mujeres igualmente sean respetables, no chismosas, sino serias y dignas de confianza.
Los diáconos sean casados una sola vez y gobiernen bien a sus hijos y su propia casa.
Los que cumplan bien su oficio se ganarán un lugar de honor, llegando a ser hombres firmes en la fe cristiana.
Te doy estas instrucciones con la esperanza de ir pronto a verte.
Pero si me demoro, para que sepas cómo debes portarte en la casa de Dios, que es la Iglesia del Dios vivo, pilar y base de la verdad.
Sin lugar a dudas, es grande el misterio de la Bondad: El se ha manifestado en la carne; rehabilitado por el Espíritu, ha sido presentado a los ángeles. Proclamado a todas las naciones y creído en el mundo, ya fue elevado y glorificado.
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