Y dirás aquel día: «Te doy gracias, Yavé, porque estabas enojado conmigo, pero se te pasó el enojo y me levantaste.
¡Vean cómo es él, el Dios que me salva! En él confío y no tengo más miedo, pues Yavé es mi fuerza y mi canción, él ha sido mi salvación.
Y ustedes sacarán agua con alegría de las vertientes de la salvación.
Ustedes dirán ese día: ¡Denle las gracias a Yavé, vitoreen su Nombre! Publiquen entre los pueblos sus hazañas, celébrenlo, pues su Nombre es sublime.
¡Canten a Yavé, pues hizo maravillas que ahora son famosas en toda la tierra!
¡Grita de contento y de alegría, oh Sión, porque grande es, en medio de ti, el Santo de Israel!
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