¡Tributen a Yahvé, hijos de Dios, tributen a Yahvé gloria y poder!
Devuelvan al Señor la gloria de su Nombre, adoren al Señor en solemne liturgia.
¡Voz del Señor sobre las aguas! retumba el trueno del Dios de majestad: es el Señor, por encima del diluvio.
Voz del Señor, llena de fuerza, voz del Señor, voz esplendorosa.
Voz del Señor: ¡ha partido los cedros! El Señor derriba los cedros del Líbano.
Hace saltar como un novillo al Líbano, y al monte Sarón como búfalo joven.
Voz del Señor: ¡se ha tallado relámpagos!
Voz del Señor que sacude el desierto; estremece el Señor el desierto de Cadés.
Voz del Señor: ¡ha doblegado encinas y ha arrancado la corteza de los bosques! En su templo resuena una sola voz: ¡Gloria!
El Señor dominaba el diluvio, el Señor se ha sentado como rey y por siempre.
El Señor dará fuerza a su pueblo, dará a su pueblo bendiciones de paz.
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