Esto les escribo, hijitos: ustedes recibieron ya el perdón de sus pecados.
Esto les escribo, padres: ustedes conocen al que es desde el principio. Esto les escribo, jóvenes: ustedes han vencido al Maligno.
Les he escrito, hijitos, porque ya conocen al Padre. Les he escrito, padres, porque conocen al que es desde el principio. Les he escrito, jóvenes, porque son fuertes, la Palabra de Dios permanece en ustedes y ya han vencido al Maligno.
No amen al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
Pues toda la corriente del mundo, -la codicia del hombre carnal, los ojos siempre ávidos, y la arrogancia de los ricos-, nada viene del Padre, sino del mundo.
Pasa el mundo con todas sus codicias, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
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