domingo, 21 de julio de 2013

Salmo 62. En Dios solo descansa el alma mía, de él espero mi salvación.

















En Dios solo descansa el alma mía, de él espero mi salvación.
Solo él es mi roca y mi salvador, si es mi fortaleza, no he de vacilar.
¿Hasta cuando se lanzan todos contra uno, para juntos demolerlo como se echa abajo un muro, como se derriba una cerca?
Todos sus proyectos son solo engaños, su placer es mentir;
Con lo falso en la boca ellos bendicen, y en su interior maldicen.
Solo en Dios tendrás tu descanso, alma mía, pues de él me viene mi esperanza.
Solo él es mi roca y mi salvador, si es mi fortaleza, no he de vacilar.
En Dios está mi salvación y mi gloria, él es mi roca y mi fuerza, en él me abrigo.
Pueblo mío, confíen siempre en él, abran su corazón delante de él, Dios es nuestro refugio.
El vulgo no es más que una pelusa, y de los de arriba no se puede fiar. Si en la balanza se pusieran todos, ni un soplo pesaría.
No vayan a contar con violencia ni se hagan ilusiones con la rapiña; el corazón no apaguen a las riquezas cuando se acrecientan.
Una vez Dios hablo, dos cosas yo entendí:
Que de Dios es la fuerza, y tuya es, oh Señor, también la gracia.
Que eres tu quien retribuye a cada cual según sus obras.

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