Ese día Jesús salió de casa y fue a sentarse a orillas del lago. Pero la gente vino a él en tal cantidad, que subió a una barca y se sentó en ella, mientras toda la gente se quedó en la orilla.
Jesús les hablo de muchas cosas, usando comparaciones o parábolas.
Les decía: “El sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, unos granos cayeron a lo largo del camino: vinieron las aves y se los comieron. Otros cayeron en terreno pedregoso, con muy poca tierra, y brotaron en seguida, pues no había profundidad. Pero apenas salió el sol, los quemo y, por falta de raíces, se secaron. Otros cayeron en medio de cardos: estos crecieron y los ahogaron.
Otros granos, finalmente, cayeron en buena tierra y produjeron cosecha, unos él ciento, otros el treinta por uno. El que tenga oídos, que escuche”
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