lunes, 20 de enero de 2014

Marcos 2, 23-28. El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado. Sepan, pues, que el Hijo del Hombre, también es dueño del sábado!











Un sábado Jesús pasaba por unos sembrados con sus discípulos. Mientras caminaban, los discípulos empezaron a desgranar espigas en sus manos.
Los fariseos dijeron a Jesús: «Mira lo que están haciendo; esto está prohibido en día sábado.»
El les dijo: «¿Nunca han leído ustedes lo que hizo David cuando sintió necesidad y hambre, y también su gente?

Entró en la Casa de Dios, siendo sumo sacerdote Abiatar, y comió los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes; y les dio también a los que estaban con él.»
Y Jesús concluyó: «El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado.
Sepan, pues, que el Hijo del Hombre, también es dueño del sábado.»



domingo, 19 de enero de 2014

Videos Cristianos - Hoy El señor es mi Fortaleza (+lista de reproducción)

I Samuel 15, 16-23. A Yavé no le agradan los holocaustos y los sacrificios, sino que se escuche su voz; la obediencia vale más que los sacrificios!












Entonces Samuel dijo a Saúl: «Déjame hablar y te contaré lo que me ha revelado Yavé esta noche.» «Habla», respondió Saúl.
Dijo, pues, Samuel: «Aunque te creías pequeño, ¿no llegaste acaso a ser el jefe de las tribus de Israel y no te consagró Yavé como rey de Israel?
Pues bien, él te envió al combate con esta misión: «Anda a acabar con todos esos pecadores, los amalecitas; hazles la guerra hasta que no quede ninguno.» ¿Por qué, entonces, desobedeciste a Yavé?
¿Por qué te has abalanzado sobre el botín y has hecho lo que no le gusta a Yavé?»
Saúl respondió a Samuel: «Yo hice lo que me ordenó: traje prisionero a Agag, rey de Amalec, y condené a muerte a todos los amalecitas.
Bien es verdad que el pueblo ha tomado las ovejas y vacas, lo mejor, pero esto fue para sacrificarlo a Yavé en Guilgal.»
Entonces Samuel dijo: «A Yavé no le agradan los holocaustos y los sacrificios, sino que se escuche su voz; la obediencia vale más que los sacrificios; la docilidad tiene más precio que la grasa de los corderos; la rebeldía es tan grave como el pecado de los adivinos; tener el corazón porfiado es como guardar ídolos. Puesto que tú has descartado la orden de Yavé, él te ha descartado como rey.»


Marcos 2, 18-22. ¡A vino nuevo, envases nuevos!



 











Un día estaban ayunando los discípulos de Juan el Bautista y los fariseos. Algunas personas vinieron a preguntar a Jesús: «Los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan; ¿por qué no lo hacen los tuyos?»
Jesús les contestó: ¿«Quieren ustedes que los compañeros del novio ayunen mientras el novio está con ellos? Mientras tengan al novio con ellos, claro que no pueden ayunar.
Pero llegará el momento en que se les arrebatará el novio, y entonces ayunarán.
Nadie remienda un vestido viejo con un pedazo de género nuevo, porque la tela nueva encoge, tira de la tela vieja, y se hace más grande la rotura.

Y nadie echa vino nuevo en envases de cuero viejos, porque el vino haría reventar los envases y se echarían a perder el vino y los envases. ¡A vino nuevo, envases nuevos!»



Hoy Dire con Firmeza que Dios Existe (+lista de reproducción)

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Rendido en Adoracion.

sábado, 18 de enero de 2014

Isaías 49, 3-6. Mientras que yo pensaba: «He trabajado en balde, en vano he gastado mis fuerzas, para nada.»















El me dijo: «Tú eres mi servidor, Israel, y por ti me daré a conocer.»
Mientras que yo pensaba: «He trabajado en balde, en vano he gastado mis fuerzas, para nada.» Yavé, sin embargo, protegía mis derechos, mi Dios guardaba mi salario, pues soy importante para Yavé, y mi Dios e hizo mi fuerza.
Y ahora ha hablado Yavé, que me formó desde el seno materno para que fuera su servidor, para que le traiga a Jacob y le junte a Israel:

«No vale la pena que seas mi servidor únicamente para restablecer a las tribus de Jacob, o traer sus sobrevivientes a su patria. Tú serás, además, una luz para las naciones, para que mi salvación llegue hasta el último extremo de la tierra.»



I Corintios 1, 1-3. Cristo Jesús, Señor nuestro!















De Pablo, apóstol de Cristo Jesús por decisión de Dios que lo ha llamado, y de Sóstenes nuestro hermano, a la Iglesia de Dios que está en Corinto: a ustedes que Dios santificó en Cristo Jesús. Pues fueron llamados a ser santos con todos aquellos que por todas partes invocan el Nombre de Cristo Jesús, Señor nuestro y de ellos.

Reciban bendición y paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, el Señor.



viernes, 17 de enero de 2014

Marcos 2, 13-17. No es la gente sana la que necesita médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores!











Jesús salió otra vez por las orillas del lago; todo el mundo venía a verlo y él les enseñaba.
Mientras caminaba, vio a un cobrador de impuestos sentado en su despacho. Era Leví, hijo de Alfeo. Jesús le dijo: «Sígueme.» Y él se levantó y lo siguió.
Jesús estuvo comiendo en la casa de Leví, y algunos cobradores de impuestos y pecadores estaban sentados a la mesa con Jesús y sus discípulos; en realidad eran un buen número. Pero también seguían a Jesús maestros de la Ley del grupo de los fariseos y, al verlo sentado a la misma mesa con pecadores y cobradores de impuestos, dijeron a los discípulos: «¿Qué es esto? ¡Está comiendo con publicanos y pecadores!»
Jesús los oyó y les dijo: «No es la gente sana la que necesita médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.»



jueves, 16 de enero de 2014

I Samuel 8, 4-22. no te rechazan a ti, sino que es a mí Yavé a quien han rechazado para que no reine sobre ellos!













Se reunieron, pues, los jefes de Israel y fueron a Ramá, donde estaba Samuel, y le dijeron: «Tú ya estás viejo y tus hijos no siguen tus ejemplos. Pues bien, danos un rey para que nos gobierne, como hacen los reyes en todos los países.»
A Samuel no le gustó nada que le hubieran dicho: «Danos un rey para que nos gobierne»; e invocó a Yavé. Y Yavé dijo a Samuel: «Dale a tu pueblo lo que te pide.
Pues no te rechazan a ti, sino que es a mí a quien han rechazado para que no reine sobre ellos.
Te tratan a ti como me han tratado a mí desde el día en que los saqué de Egipto hasta hoy. Pues sabes cómo me abandonaron para ir tras otros dioses.
Escucha, sin embargo, su petición y les dirás cuáles son los derechos del rey que los va a gobernar.»
Samuel transmitió al pueblo que le había pedido un rey todo lo que le había dicho Yavé.
Les dijo: «Miren lo que les va a exigir su rey: les tomará a sus hijos y los destinará a su carro y a sus caballos, o también los hará correr delante de su propio carro; los empleará como jefes de mil y como jefes de cincuenta; los hará labrar y cosechar sus tierras; los hará fabricar sus armas y los aperos de sus caballos;
les tomará sus hijas para peluqueras, cocineras y panaderas;
a ustedes les tomará sus campos, sus viñas y sus mejores olivares y se los dará a sus oficiales; les tomará la décima parte de sus sembrados y de sus viñas para sus funcionarios y servidores; les tomará sus sirvientes, sus mejores bueyes y burros y los hará trabajar para él, a ustedes les sacará la décima parte de sus rebaños y ustedes mismos serán sus esclavos.
Ese día se lamentarán del rey que hayan elegido, pero Yavé ya no les responderá.»
El pueblo no quiso escuchar a Samuel y dijo: «¡No! Tendremos un rey y nosotros seremos también como los demás pueblos: nuestro rey nos dirigirá e irá al frente de nosotros en nuestros combates.»

Oyó Samuel todas las palabras de su pueblo y las repitió a los oídos de Yavé. Pero Yavé dijo a Samuel: «Hazles caso y dales un rey.»
Samuel dijo entonces a todos los hombres de Israel: «Vuelva cada uno a su ciudad.»



Salmo 88. Que hasta ti llegue mi oración!













Señor, mi Dios, te clamo a ti de día, y de noche me quejo en tu presencia.
Que hasta ti llegue mi oración, presta atención a mi clamor.
Pues de pruebas mi alma está saturada y mi vida está al borde del abismo.
Me cuentan entre los que bajan a la fosa, soy un hombre acabado,
que ya tiene su cama entre los muertos, parecido a los cuerpos tirados en la tumba, de los cuales ya no te acuerdas, y que se han sustraído de tu mano.
Me arrojaste a las cavernas inferiores, a las tinieblas, a los abismos; tu cólera ha pesado sobre mí y me han arrollado todas tus olas.
Alejaste de mí a mis conocidos, hiciste que me miraran con horror. Estoy encerrado y no puedo salir, el sufrimiento mis ojos ha gastado. Señor, a ti clamo todo el día, y mis manos extiendo hacia ti.
¿Harás milagros para los difuntos, se levantarán sus sombras para alabarte?
¿Se hablará de tu bondad entre los muertos, de tu lealtad donde todo está perdido?
¿Admirarán tus maravillas en lo oscuro, y tu justicia en la tierra del olvido?
Yo, por mi parte, clamo a ti, Señor, y de mañana sube a ti mi oración.
¿Por qué, Señor, entonces, me rechazas y me escondes tu cara?
Soy pobre y enfermizo desde niño, sufrí tus golpes y me quedo sin fuerzas; tus cóleras han pasado sobre mí, tus espantos me han aniquilado.
Como las aguas me arrollan todo el día, y me cercan todos de una vez.

De mí alejaste amigos y compañeros, y son mi compañía las tinieblas.