Por eso, tampoco nosotros hemos cesado de rezar por ustedes desde el día en que recibimos esas noticias, y pedimos a Dios que alcancen el pleno conocimiento de su voluntad, mediante dones de sabiduría y entendimiento espiritual.
Que lleven una vida digna del Señor y de su total agrado, produciendo frutos en toda clase de buenas obras y creciendo en el conocimiento de Dios.
Que se muestren fuertes en todo sentido, fortalecidos por la gloria de Dios; que puedan sufrir y perseverar sin perder la alegría.
Y que den gracias al Padre que nos preparó para recibir nuestra parte en la herencia reservada a los santos en su reino de luz.
El nos arrancó del poder de las tinieblas y nos trasladó al Reino de su Hijo amado.
En él nos encontramos liberados y perdonados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario