domingo, 16 de febrero de 2014

San Marcos 8, 11-13. ¿Por qué esta gente pide una señal?


















Vinieron los fariseos y empezaron a discutir con Jesús. Querían ponerlo en apuros, y esperaban de él una señal que viniera del Cielo.
Jesús suspiró profundamente y exclamó: «¿Por qué esta gente pide una señal? Yo les digo que a esta gente no se le dará ninguna señal.»

Y dejándolos, subió a la barca y se fue al otro lado del lago.







jueves, 13 de febrero de 2014

Marcos 7, 31-37. Hace oír a los sordos y hablar a los mudos!













 








Saliendo de las tierras de Tiro, Jesús pasó por Sidón y, dando la vuelta al lago de Galilea, llegó al territorio de la Decápolis.
Allí le presentaron un sordo que hablaba con dificultad, y le pidieron que le impusiera la mano.
Jesús lo apartó de la gente, le metió los dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua.
En seguida levantó los ojos al cielo, suspiró y dijo: «Effetá», que quiere decir: «Abrete. »
Al instante se le abrieron los oídos, le desapareció el defecto de la lengua y comenzó a hablar correctamente.

Jesús les mandó que no se lo dijeran a nadie, pero cuanto más insistía, tanto más ellos lo publicaban.
Estaban fuera de sí y decían muy asombrados: «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.»



martes, 11 de febrero de 2014

San Marcos 7, 14-23. Lo que hace impura a la persona es lo que ha salido de su propio corazón!














Jesús volvió a llamar a la gente y empezó a decirles: «Escúchenme todos y traten de entender.
Ninguna cosa que de fuera entra en la persona puede hacerla impura; lo que hace impura a una persona es lo que sale de ella.
El que tenga oídos, que escuche.»
Cuando Jesús se apartó de la gente y entró en casa, sus discípulos le preguntaron sobre lo que había dicho.
El les respondió: «¿También ustedes están cerrados? ¿No comprenden que nada de lo que entra de fuera en una persona puede hacerla impura?
Pues no entra en el corazón, sino que va al estómago primero y después al basural.»
Así Jesús declaraba que todos los alimentos son puros. Y luego continuó: «Lo que hace impura a la persona es lo que ha salido de su propio corazón.
Los pensamientos malos salen de dentro, del corazón: de ahí proceden la inmoralidad sexual, robos, asesinatos,
infidelidad matrimonial, codicia, maldad, vida viciosa, envidia, injuria, orgullo y falta de sentido moral.
Todas estas maldades salen de dentro y hacen impura a la persona.»



domingo, 9 de febrero de 2014

San Marcos 6, 53-56. todos los que lo tocaban quedaban sanos!














Terminada la travesía, llegaron a Genesaret y amarraron allí la barca.
Apenas se bajaron, la gente lo reconoció, y corrieron a dar la noticia por toda aquella región. Empezaron a traer a los enfermos en sus camillas al lugar donde él estaba, y en todos los lugares adonde iba, pueblos, ciudades o aldeas, ponían a los enfermos en las plazas y le rogaban que les dejara tocar al menos el fleco de su manto. Y todos los que lo tocaban quedaban sanos.



sábado, 8 de febrero de 2014

Isaías 58, 7-10. Si en tu casa no hay más gente explotada, si apartas el gesto amenazante y las palabras perversas; si das al hambriento lo que deseas para ti y sacias al hombre oprimido, brillará tu luz en las tinieblas, y tu obscuridad se volverá como la claridad del mediodía!







 












Compartirás tu pan con el hambriento, los pobres sin techo entrarán a tu casa, vestirás al que veas desnudo y no volverás la espalda a tu hermano.
Entonces tu luz surgirá como la aurora y tus heridas sanarán rápidamente. Tu recta obrar marchará delante de ti y la Gloria de Yavé te seguirá por detrás.
Entonces, si llamas a Yavé, responderá. Cuando lo llames, dirá: «Aquí estoy.» Si en tu casa no hay más gente explotada, si apartas el gesto amenazante y las palabras perversas; si das al hambriento lo que deseas para ti y sacias al hombre oprimido, brillará tu luz en las tinieblas, y tu obscuridad se volverá como la claridad del mediodía.



San Mateo 5,13-16. Ustedes son la sal de la tierra!






















Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal deja de ser sal, ¿cómo podrá ser salada de nuevo? Ya no sirve para nada, por lo que se tira afuera y es pisoteada por la gente.
Ustedes son la luz del mundo: ¿cómo se puede esconder una ciudad asentada sobre un monte?
Nadie enciende una lámpara para taparla con un cajón; la ponen más bien sobre un candelero, y alumbra a todos los que están en la casa.

Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos.



viernes, 7 de febrero de 2014

I Reyes 3, 4-13. Salomón, No has pedido para ti una larga vida, ni has pedido riquezas, ni la muerte para tus enemigos, sino que has pedido inteligencia para gobernar con rectitud!




 











El rey fue a Gabaón para ofrecer allí sacrificios, pues ése era entonces el más importante santuario de las lomas. Sobre ese altar Salomón ofreció muchos sacrificios: unos mil holocaustos.
Y en Gabaón se le apareció Yavé en sueños durante la noche, y le dijo: «Pídeme lo que quieras.»
Salomón respondió: «Tú has tenido gran amor a David, mi padre, ya que él te servía fielmente, como es debido y con sinceridad. También le has hecho un favor muy grande permitiendo que un hijo suyo le sucediera en el trono.
Ahora bien, Yavé, mi Dios, me ha hecho rey en lugar de David, pero no sé todavía conducirme; soy muy joven para estar al frente del pueblo que has elegido, pueblo tan numeroso que no se puede contar.
Dame, pues, a mí, tu servidor, un espíritu atento, para gobernar bien a tu pueblo y para decidir entre lo bueno y lo malo, porque si no, ¿cómo podría gobernar este pueblo tan grande?»
A Yavé le gustó que Salomón le pidiese una cosa así.
Y le dijo: «No has pedido para ti una larga vida, ni has pedido riquezas, ni la muerte para tus enemigos, sino que has pedido inteligencia para gobernar con rectitud.

Por eso te concedo lo que pides; te doy sabiduría e inteligencia como nadie la tuvo antes de ti ni la tendrá después.
Además te doy lo que no has pedido, riquezas y gloria tales que mientras vivas no habrá rey alguno como tú.


Salmos 118. ¡su bondad es para siempre!





















Den gracias al Señor, pues él es bueno, pues su bondad perdura para siempre.

Que lo diga Israel: ¡su bondad es para siempre!

Que lo diga la casa de Aarón: ¡su bondad es para siempre!

Que lo digan los que temen al Señor: ¡su bondad es para siempre!

Al Señor, en mi angustia, le clamé, y me respondió sacándome de apuros.

Si el Señor está conmigo, no temo, ¿qué podrá hacerme el hombre?

Cuento al Señor entre los que me ayudan, y veré a mis enemigos a mis pies.

Más vale refugiarse en el Señor que confiar en los poderosos.

Todos los paganos me rodeaban, pero en el nombre del Señor los humillé.

Me rodeaban, me tenían cercado, pero en el nombre del Señor los humillé.

Me rodeaban como avispas, cayeron como zarza que se quema, pues en nombre del Señor los humillé.

Me empujaron con fuerza para botarme, pero acudió el Señor a socorrerme.

El Señor es mi fuerza, el motivo de mi canto, ha sido para mí la salvación.

Clamores de alegría y de triunfo resuenan en las tiendas de los justos: "¡La diestra del Señor hizo proezas, la diestra del Señor lo ha enaltecido, la diestra del Señor hizo proezas!"

No, no moriré sino que viviré y contaré las obras del Señor.

El Señor me corrigió mucho, pero no me entregó a la muerte.

"¡Abran me las puertas de justicia para entrar a dar gracias al Señor!"

"Esta es la puerta que lleva al Señor, por ella entran los justos".

¡Te agradezco que me hayas escuchado, tú has sido para mí la salvación!

La piedra rechazada por los maestros pasó a ser la piedra principal; ésta fue la obra del Señor, no podían creerlo nuestros ojos.
 ¡Este es el día que ha hecho el Señor, gocemos y alegrémonos en él!

¡Danos, oh Señor, la salvación, danos, oh Señor, la victoria!

"¡Bendito sea el que viene en el nombre del Señor! desde la casa del Señor los bendecimos:

El Señor es Dios, él nos ilumina". Formen la procesión con ramos en la mano hasta los cuernos del altar.

Tú eres mi Dios, te doy gracias; ¡Dios mío, te digo que eres grande!

Den gracias al Señor, pues él es bueno, pues su bondad perdura para siempre.

San Marcos 6, 30-34. Estaban como ovejas sin pastor. Y se puso a enseñarles largamente!












Al volver los apóstoles a donde estaba Jesús, le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Jesús les dijo: «Vámonos aparte, a un lugar retirado, y descansarán un poco.» Porque eran tantos los que iban y venían que no les quedaba tiempo ni para comer.
Y se fueron solos en una barca a un lugar despoblado.
Pero la gente vio cómo se iban, y muchos cayeron en la cuenta; y se dirigieron allá a pie. De todos los pueblos la gente se fue corriendo y llegaron antes que ellos.

Al desembarcar, Jesús vio toda aquella gente, y sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas sin pastor. Y se puso a enseñarles largamente.



jueves, 6 de febrero de 2014

Marcos 6, 14-29. Lo odiaba y quería matarlo, pero no podía, pues Herodes veía que Juan era un hombre justo y santo, y le tenía respeto!












El rey Herodes oyó hablar de Jesús, ya que su nombre se había hecho famoso. Algunos decían: «Este es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso actúan en él poderes milagrosos.»
Otros decían: «Es Elías», y otros: «Es un profeta como los antiguos profetas».
Herodes, por su parte, pensaba: «Debe de ser Juan, al que le hice cortar la cabeza, que ha resucitado.»
En efecto, Herodes había mandado tomar preso a Juan y lo había encadenado en la cárcel por el asunto de Herodías, mujer de su hermano Filipo, con la que se había casado.
Pues Juan le decía: «No te está permitido tener a la mujer de tu hermano.»
Herodías lo odiaba y quería matarlo, pero no podía, pues Herodes veía que Juan era un hombre justo y santo, y le tenía respeto. Por eso lo protegía, y lo escuchaba con gusto, aunque quedaba muy perplejo al oírlo.
Herodías tuvo su oportunidad cuando Herodes, el día de su cumpleaños, dio un banquete a sus nobles, a sus oficiales y a los personajes principales de Galilea.
En esa ocasión entró la hija de Herodías, bailó y gustó mucho a Herodes y a sus invitados. Entonces el rey dijo a la muchacha: «Pídeme lo que quieras y te lo daré.»
Y le prometió con juramento: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.»
Salió ella a consultar a su madre: «¿Qué pido?» La madre le respondió: «La cabeza de Juan el Bautista.»
Inmediatamente corrió a donde estaba el rey y le dijo: «Quiero que ahora mismo me des la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja.»
El rey se sintió muy molesto, pero no quiso negárselo, porque se había comprometido con juramento delante de los invitados.
Ordenó, pues, a un verdugo que le trajera la cabeza de Juan. Este fue a la cárcel y le cortó la cabeza.
Luego, trayéndola en una bandeja, se la entregó a la muchacha y ésta se la pasó a su madre.
Cuando la noticia llegó a los discípulos de Juan, vinieron a recoger el cuerpo y lo enterraron.






martes, 4 de febrero de 2014

Salmos 31. ¡Tú que eres justo, pon me a salvo!














A ti, Señor, me acojo, no quede yo nunca defraudado: ¡tú que eres justo, pon me a salvo!
Inclina tu oído hacia mí, date prisa en librarme. Sé para mí una roca de refugio, el recinto amurallado que me salve.
Porque tú eres mi roca y mi fortaleza; por tu nombre me guías y diriges.
Sácame de la red que me han tendido, porque eres tú mi refugio.
En tus manos encomiendo mi espíritu, y tú, Señor, Dios fiel, me librarás.
Aborreces a los que adoran ídolos vanos, pero yo confío en el Señor.
Gozaré y me alegraré de tu bondad porque has mirado mi aflicción y comprendido la angustia de mi alma; no me dejaste en manos del enemigo, me has hecho caminar a campo abierto.
Ten piedad de mí, Señor, pues estoy angustiado; mis ojos languidecen de tristeza.
Mi vida se consume en la aflicción y mis años entre gemidos; mi fuerza desfallece entre tanto dolor y mis huesos se deshacen.
Mi enemigo se alegra, mis vecinos se horrorizan, y se espantan de mí mis conocidos: si me ven en la calle, se alejan de mí.
Se olvidaron de mí, como de un muerto, soy como un objeto inservible.
Oigo los cuchicheos de la gente, y se asoma el terror por todas partes. Se unieron todos en mi contra, tramaron arrebatarme la vida.
Pero yo, Señor, confío en ti, yo dije: Tú eres mi Dios.
Mi porvenir está en tus manos, líbrame de los enemigos que me persiguen.
Que sobre tu servidor brille tu rostro, sálvame por tu amor.
A ti clamé, Señor, no sea confundido; confundidos sean los impíos, lánzalos a la mansión del silencio.
Enmudece los labios embusteros, que hablan insolencias contra el justo con orgullo y desprecio.
Qué bondad tan grande, Señor, es la que reservas para los que te temen. Se la brindas a los que en ti esperan, a la vista de los hijos de los hombres.
En secreto, junto a ti los escondes, lejos de las intrigas de los hombres; los mantienes ocultos en tu carpa, y los guardas de las querellas.
Bendito sea el Señor, su gracia hizo maravillas para mí: Mi corazón es como una ciudad fuerte.
Yo decía en mi desconcierto: "Me ha arrojado de su presencia". Pero tú oías la voz de mi plegaria cuando clamaba a ti.
Amen al Señor todos sus fieles, pues él guarda a los que le son leales, pero les devolverá el doble a los soberbios.

Fortalezcan su corazón, sean valientes, todos los que esperan en el Señor.



San Marcos 6, 1-6. Si hay un lugar donde un profeta es despreciado, es en su tierra, entre su parentela y en su propia familia!















Al irse Jesús de allí, volvió a su tierra, y sus discípulos se fueron con él.
Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga y mucha gente lo escuchaba con estupor. Se preguntaban: «¿De dónde le viene todo esto? ¿Y qué pensar de la sabiduría que ha recibido, con esos milagros que salen de sus manos?
Pero no es más que el carpintero, el hijo de María; es un hermano de Santiago, de Joset, de Judas y Simón. ¿Y sus hermanas no están aquí entre nosotros?» Se escandalizaban y no lo reconocían.
Jesús les dijo: «Si hay un lugar donde un profeta es despreciado, es en su tierra, entre su parentela y en su propia familia.»

Y no pudo hacer allí ningún milagro. Tan sólo sanó a unos pocos enfermos imponiéndoles las manos.
Jesús se admiraba de cómo se negaban a creer. Jesús recorría todos los pueblos de los alrededores enseñando.



sábado, 1 de febrero de 2014

Carta a los Hebreos 2, 14-18. Jesús ha sido probado por medio del sufrimiento, por eso es capaz de ayudar a aquellos que son puestos a prueba!
















Puesto que esos hijos son de carne y sangre, Jesús también experimentó esta misma condición y, al morir, le quitó su poder al que reinaba por medio de la muerte, es decir, al diablo.
De este modo liberó a los hombres que, por miedo a la muerte, permanecían esclavos en todos los aspectos de su vida.
Jesús no vino para hacerse cargo de los ángeles, sino de la raza de Abrahán.
Por eso tuvo que hacerse semejante en todo a sus hermanos, y llegó a ser el sumo sacerdote lleno de comprensión, pero también fiel en el servicio de Dios, que les consigue el perdón,.
El mismo ha sido probado por medio del sufrimiento, por eso es capaz de ayudar a aquellos que son puestos a prueba.