Señor, ten le en cuenta a David su total disponibilidad, cuando hizo un juramento al Señor, una promesa al Fuerte de Jacob: "No entraré en la tienda, que es mi casa, ni me tenderé en el lecho donde descanso, no concederé el sueño a mis ojos ni descanso a mis párpados hasta que halle un lugar para el Señor, una morada para el Fuerte de Jacob".
Hemos sabido que el Arca está en Efrata, la encontramos en los campos de Jaar.
Entremos, pues, en su morada, postré monos ante la tarima de sus pies.
¡Levántate, Señor, y ven a tu reposo, tú y el Arca de tu fuerza!
¡Que tus sacerdotes se revistan de justicia y tus fieles griten de alegría!
Por amor a David, tu servidor, no apartes la cara de tu ungido.
El Señor se lo juró a David, verdad de la que no se desdecirá: "Del fruto de tus entrañas pondré a alguien en tu trono.
Si tus hijos guardaren mi alianza y mis testimonios que les he enseñado, también sus hijos para siempre se sentarán en tu trono".
Y el Señor escogió a Sión, quiso que fuera su residencia: "Aquí está mi descanso para siempre, en ella moraré, pues yo lo quise.
Sus graneros los bendeciré y a sus pobres los saciaré de pan.
De gloria revestiré a sus sacerdotes y sus fieles gritarán de júbilo.
Allí haré brotar un cuerno para David, allí pondré una lámpara para mi ungido.
Cubriré de vergüenza a sus enemigos mientras sobre él brillará su diadema".
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