y muchos judíos habían ido a la casa de Marta y de María para consolarlas por la muerte de su hermano.
Apenas Marta supo que Jesús llegaba, salió a su encuentro, mientras María permanecía en casa.
Marta dijo a Jesús: «Si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Pero aun así, yo sé que puedes pedir a Dios cualquier cosa, y Dios te lo concederá.»
Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará.»
Marta respondió: «Ya sé que será resucitado en la resurrección de los muertos, en el último día.»
Le dijo Jesús: «Yo soy la resurrección (y la vida). El que cree en mí, aunque muera, vivirá.
El que vive, el que cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?»
Ella contestó: «Sí, Señor; yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.»
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