jueves, 28 de abril de 2016

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"Salmo 57", Pepe Hdez; Album: Bienvenido Espíritu Santo

Salmo 57. Yo clamo al Dios Altísimo, que brille su gloria en toda la tierra!
















Piedad de mí, oh Dios, piedad de mí, pues en ti se refugia el alma mía, a la sombra de tus alas me cobijo hasta que haya pasado la tormenta.

Yo clamo al Dios Altísimo, al Dios que de mí cuida.

Que del cielo mande alguien a salvarme de las manos de aquellos que me acosan; envíe Dios su gracia y su verdad.

Yo duermo rodeado de leones, que devoran a los hijos de los hombres, sus dientes son lanzas y flechas, su lengua es una espada acerada.

Muéstrate, oh Dios, por encima de los cielos, y que brille tu luz en toda la tierra.

Habían tendido un lazo en mi camino, allí querían que cayera; ante mí cavaron una trampa pero ellos cayeron dentro.

Oh Dios, mi corazón está dispuesto, mi corazón está atento, quiero cantar y tocar para ti.

Despiértate, corazón mío, despiértense arpas y cítaras, que quiero a la aurora despertar.

Te alabaré, Señor, entre los pueblos, te cantaré en todas las provincias, pues tu amor está a la altura de los cielos y tu verdad se eleva hasta las nubes.

Muéstrate, oh Dios, por encima de los cielos, y que brille tu gloria en toda la tierra.

Mateo 28, 16-20. Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos












Por su parte, los Once discípulos partieron para Galilea, al monte que Jesús les había indicado.

Cuando vieron a Jesús, se postraron ante él, aunque algunos todavía dudaban.

Jesús se acercó y les habló así: "Me ha sido dada toda autoridad en el Cielo y en la tierra.

Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bauticen los en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia."

martes, 26 de abril de 2016

SALMO 121 (122) -- QUE ALEGRIA QUANDO ME DISSERAM

Salmo 122. ¡Vamos a la casa del Señor!














Me puse alegre cuando me dijeron: "¡Vamos a la casa del Señor!"

Ahora nuestros pasos se detienen delante de tus puertas, Jerusalén.

Jerusalén, edificada cual ciudad en que todo se funde en la unidad.

Allá suben las tribus, las tribus del Señor, la asamblea de Israel, para alabar el Nombre del Señor.

Pues allí están las cortes de justicia, los ministerios de la casa de David.

Para Jerusalén pidan la paz: "¡Que vivan tranquilos los que te aman!

¡Que la paz guarde tus muros y haya seguridad en tus palacios!"

Por mis hermanos y por mis amigos quiero decir: "¡La paz esté contigo!"

Por la casa del Señor nuestro Dios, pido para ti la felicidad.