lunes, 30 de septiembre de 2013

Salmo 86 Regocija el alma de tu siervo, pues a ti, Señor, elevo mi alma!




















Escúchame, Señor, y respóndeme, pues soy pobre y desamparado;
si soy tu fiel, vela por mi vida, salva a tu servidor que en ti confía.
Tú eres mi Dios; piedad de mí, Señor, que a ti clamo todo el día.
Regocija el alma de tu siervo, pues a ti, Señor, elevo mi alma.
Tú eres, Señor, bueno e indulgente, lleno de amor con los que te invocan.
Señor, escucha mi plegaria, pon atención a la voz de mis súplicas.
A ti clamo en el día de mi angustia, y tú me responderás.
Nadie como tú, Señor, entre los dioses y nada que a tus obras se asemeje.
Todos los paganos vendrán para adorarte y darán, Señor, gloria a tu nombre.
Porque eres grande y haces maravillas, tú solo eres Dios.
Tus caminos enséñame, Señor, para que así ande en tu verdad; unifica mi corazón con el temor a tu nombre.
Señor, mi Dios, de todo corazón te daré gracias y por siempre a tu nombre daré gloria,
por el favor tan grande que me has hecho: pues libraste mi vida del abismo.
Oh Dios, me echan la culpa los soberbios, una banda de locos busca mi muerte, y son gente que no piensan en ti.
Mas tú, Señor, Dios tierno y compasivo, lento para enojarte, lleno de amor y lealtad,
vuélvete a mí y ten piedad de mí, otórgale tu fuerza a tu servidor y salva al hijo de tu sierva,

y para mi bien haz un milagro. Humillados verán mis enemigos que tú, Señor, me has ayudado y consolado.



Lucas 9, 58-62 Cuantas excusas le ponemos al señor!

Lucas 9, 58-62

Cuantas excusas  le ponemos al señor!



Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.»
A otro dijo: «Sígueme.» El respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi padre.»
Le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios.»

También otro le dijo: «Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi casa.»
Le dijo Jesús: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios.»







domingo, 29 de septiembre de 2013

Canto gregoriano - Salmo 101

Salmo 101 Quiero cantar lo que es bueno y justo; para ti, Señor!













Quiero cantar lo que es bueno y justo; para ti, Señor, será mi salmo.
Me entrenaré en el camino perfecto; pero tú, ¿vendrás a mí? No tendré más que rectas intenciones para actuar en mi casa.
Nada tendré en vista que pueda ser malvado. Odio el proceder de los extraviados, no permitiré que se me pegue.
Lejos de mí el corazón perverso, desconozco al malvado.
Al que denigra en secreto a su prójimo yo lo haré callar; al de ojos altaneros y corazón engreído no lo soportaré.
Buscaré a los leales del país para que vivan conmigo; al que sigue el camino perfecto lo pondré a mi servicio.
No morará en mi casa el que trama el engaño; el que anda con mentiras no comparezca en mi presencia.
Cada mañana acabaré con todos los malvados del país, para suprimir de la ciudad del Señor a todos los que hacen el mal.



Lucas 9,46-50 El que recibe a este niño en mi nombre, me recibe a mí, y el que me recibe a mí, recibe al que me envió!

Lucas 9,46-50

El que recibe a este niño en mi nombre, me recibe a mí, y el que me recibe a mí, recibe al que me envió!



A los discípulos se les ocurrió preguntarse cuál de ellos era el más importante.
Jesús, que conocía sus pensamientos, tomó a un niño, lo puso a su lado,
y les dijo: «El que recibe a este niño en mi nombre, me recibe a mí, y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. El más pequeño entre todos ustedes, ése es realmente grande.»
En ese momento Juan tomó la palabra y le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que hacía uso de tu nombre para echar fuera demonios, y le dijimos que no lo hiciera, pues no es discípulo junto a nosotros.»

Pero Jesús le dijo: «No se lo impidan, pues el que no está contra ustedes, está con ustedes.»


sábado, 28 de septiembre de 2013

CATÓLICO SOY SON BY FOUR VIDEO OFICIAL HD

I Timoteo 6, 11-16 Vivir para ser hombres de fe, de amor, de justicia, de perseverancia y bondad, para a si, conquistar la vida eterna, la vida que Dios nos ofrece!!

 I Timoteo 6, 11-16


Vivir para ser hombres de fe, de amor, de justicia, de perseverancia  y bondad, para a si, conquistar la vida eterna, la vida que Dios nos ofrece!!



Pero tú, hombre de Dios, huye de todo eso. Procura ser religioso y justo. Vive con fe y amor, constancia y bondad.
Pelea el buen combate de la fe, conquista la vida eterna a la que has sido llamado y por la que hiciste tu hermosa declaración de fe en presencia de numerosos testigos.
Ahora te doy una orden en presencia del Dios que da vida al universo entero, y de Cristo Jesús, que dio su magnífico testimonio ante Poncio Pilato:

guarda el mandato, presérvalo de todo lo que pueda mancharlo o adulterarlo hasta la venida gloriosa de Cristo Jesús, nuestro Señor.
A su debido tiempo Dios lo manifestará, el Bienaventurado y único Soberano, Rey de reyes y Señor de señores.
Al único inmortal, al que habita en la luz inaccesible a quien ningún hombre ha visto ni puede ver, a él honor y poder por siempre jamás. ¡Amén!


Lucas 16, 19-31. Lo importante en la vida y al final de ella es que Dios te acepte en su regazo!














Había un hombre rico que se vestía con ropa finísima y comía regiamente todos los días.
Había también un pobre, llamado Lázaro, todo cubierto de llagas, que estaba tendido a la puerta del rico.
Hubiera deseado saciarse con lo que caía de la mesa del rico, y hasta los perros venían a lamer le las llagas.
Pues bien, murió el pobre y fue llevado por los ángeles al cielo junto a Abraham. También murió el rico, y lo sepultaron.
Estando en el infierno, en medio de los tormentos, el rico levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro con él en su regazo.
Entonces gritó: «Padre Abraham, ten piedad de mí, y manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me atormentan estas llamas.»
Abraham le respondió: «Hijo, recuerda que tú recibiste tus bienes durante la vida, mientras que Lázaro recibió males. Ahora él encuentra aquí consuelo y tú, en cambio, tormentos.
Además, mira que hay un abismo tremendo entre ustedes y nosotros, y los que quieran cruzar desde aquí hasta ustedes no podrían hacerlo, ni tampoco lo podrían hacer del lado de ustedes al nuestro.»
El otro replicó: «Entonces te ruego, padre Abraham, que envíes a Lázaro a la casa de mi padre,
a mis cinco hermanos: que vaya a darles su testimonio para que no vengan también ellos a parar a este lugar de tormento.»
Abraham le contestó: «Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen.»
El rico insistió: «No lo harán, padre Abraham; pero si alguno de entre los muertos fuera donde ellos, se arrepentirían.»
Abraham le replicó: «Si no escuchan a Moisés y a los profetas, aunque resucite uno de entre los muertos, no se convencerán.»

viernes, 27 de septiembre de 2013

Lucas 9, 43-45. ¿Que nos impide conocer lo que Dios nos Dice?


Todos quedaron asombrados ante una tal intervención de Dios. Mientras todos quedaban admirados por las cosas que hacía, Jesús dijo a sus discípulos:
«Escuchen y recuerden lo que ahora les digo: El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres

Pero ellos no entendieron estas palabras. Algo les impedía comprender lo que significaban, y no se atrevían a pedirle una aclaración.


miércoles, 25 de septiembre de 2013

Lucas. 9,7-9 La pregunta de los que no conocen a Jesús!

Lucas 9,7-9

La pregunta de los que no conocen a Jesús!



El virrey Herodes se enteró de todo lo que estaba ocurriendo, y no sabía qué pensar, porque unos decían: «Es Juan, que ha resucitado de entre los muertos»;
y otros: «Es Elías que ha reaparecido»; y otros: «Es alguno de los antiguos profetas que ha resucitado.»

Pero Herodes se decía: «A Juan le hice cortar la cabeza. ¿Quién es entonces éste, del cual me cuentan cosas tan raras?» Y tenía ganas de verlo.

Y los que lo conocen dirán:



domingo, 22 de septiembre de 2013

SALMO 125. Los que buscan apoyo en el Señor se parecen al monte Sión: inconmovible y estable para siempre

SALMO 125

Los que buscan apoyo en el Señor se parecen al monte Sión: inconmovible y estable para siempre


Los que buscan apoyo en el Señor se parecen al monte Sión: inconmovible y estable para siempre.
Jerusalén, los montes la rodean, así el Señor está en torno a su pueblo desde ahora y para siempre.
Jamás el cetro impío se impondrá sobre la parcela de los justos, no sea que los justos ensangrienten sus manos en el crimen.
Con los buenos, Señor, pórtate bien, con los que tienen rectitud de corazón.

Mas a los que son dobles y traidores, los eche el Señor con los malhechores.
¡Tenga paz Israel!



Lucas 8, 16-18. No hay nada escondido que no deba ser descubierto, ni nada tan secreto que no llegue a conocerse y salir a la luz!

Nadie enciende una lámpara para cubrirla con una vasija o para colocarla debajo de la cama. Por el contrario, la pone sobre un candelero para que los que entren vean la luz.


No hay nada escondido que no deba ser descubierto, ni nada tan secreto que no llegue a conocerse y salir a la luz.
Por tanto, fíjense bien en la manera como escuchan. Porque al que produce se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener.»



sábado, 21 de septiembre de 2013

Amós 8, 4-7. Explotadores del pobre, que quisieran hacer desaparecer a los humildes!

Amós 8, 4-7

Explotadores del pobre, que quisieran hacer desaparecer a los humildes!

Ustedes juegan con la vida del pobre y del miserable tan sólo por algún dinero o por un par de sandalias!



A ustedes me dirijo, explotadores del pobre, que quisieran hacer desaparecer a los humildes.
Ahí están sus palabras: «¿Cuándo pasará la fiesta de la luna nueva, para que podamos vender nuestro trigo? Que pase el sábado, para que abramos nuestras bodegas, pues nos irá tan bien que venderemos hasta el desecho. Vamos a reducir la medida, aumentar los precios y falsear las balanzas.»

Ustedes juegan con la vida del pobre y del miserable tan sólo por algún dinero o por un par de sandalias.
Pero no, pues Yavé jura, por su Tierra Santa, que jamás ha de olvidar lo que ustedes hacen.







Lucas 16, 1-13 Ustedes no pueden servir al mismo tiempo a Dios y al Dinero!

















Jesús dijo también a sus discípulos: «Había un hombre rico que tenía un administrador, y le vinieron a decir que estaba malgastando sus bienes.

Lo mandó llamar y le dijo: «¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no continuarás en ese cargo.»

El administrador se dijo: «¿Qué voy a hacer ahora que mi patrón me despide de mi empleo? Para trabajar la tierra no tengo fuerzas, y pedir limosna me da vergüenza.

Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me quiten el cargo, tenga gente que me reciba en su casa.»

Llamó uno por uno a los que tenían deudas con su patrón, y dijo al primero:

«¿Cuánto debes a mi patrón?» Le contestó: «Cien barriles de aceite.» Le dijo el administrador: «Toma tu recibo, siéntate y escribe en seguida cincuenta.»

Después dijo a otro: «Y tú, ¿cuánto le debes?» Contestó: «Cuatrocientos quintales de trigo.» Entonces le dijo: «Toma tu recibo y escribe trescientos.»

El patrón admiró la manera tan inteligente de actuar de ese administrador que lo estafaba. Pues es cierto que los ciudadanos de este mundo sacan más provecho de sus relaciones sociales que los hijos de la luz.

Por eso les digo: Utilicen el sucio dinero para hacerse amigos, para que cuando les llegue a faltar, los reciban a ustedes en las viviendas eternas.

El que ha sido digno de confianza en cosas sin importancia, será digno de confianza también en las importantes y el que no ha sido honrado en las cosas mínimas, tampoco será honrado en las cosas importantes.

Por lo tanto, si ustedes no han sido dignos de confianza en manejar el sucio dinero, ¿quién les va a confiar los bienes verdaderos?

Y si no se han mostrado dignos de confianza con cosas ajenas, ¿quién les confiará los bienes que son realmente nuestros?

Ningún siervo puede servir a dos patrones, porque necesariamente odiará a uno y amará al otro o bien será fiel a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir al mismo tiempo a Dios y al Dinero.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Francesca Ancarola & Los Gregorianos - El Magnificat

Salmo 18. El Señor es mi roca y mi fortaleza; es mi libertador y es mi Dios, es la roca que me da seguridad; es mi escudo y me da la victoria!












Yo te amo, Señor, mi fuerza.
El Señor es mi roca y mi fortaleza; es mi libertador y es mi Dios, es la roca que me da seguridad; es mi escudo y me da la victoria.
Invoco al Señor que es digno de alabanzas, y me veo libre de mis enemigos.
Las aguas de la muerte me envolvían, los torrentes devastadores me aterraban; las redes de la muerte me cercaban, ante mí estaban tendidas trampas mortales.
En mi angustia yo invoqué al Señor, y clamé a mi Dios. Mi clamor llegó hasta sus oídos y desde su Templo oyó mi voz.
Tembló la tierra y se estremeció, se sacudieron las bases de los montes, que temblaban con sólo ver su furor.
Subía humo de sus narices y de su boca salía un fuego abrasador que arrojaba carbones encendidos.
El inclinó los cielos y descendió, con una densa nube bajo sus pies.
Montó en un querubín y emprendió vuelo; planeaba sobre las alas del viento.
En torno a él, un manto de tinieblas, un oscuro aguacero era su toldo.
Un resplandor lo iba precediendo con granizos y brasas encendidas.
Tronó el Señor desde los cielos, el Altísimo hizo oír su voz.
Tiró sus flechas y los dispersó, lanzó sus rayos y los derrotó.
Entonces apareció el fondo del mar y las bases del mundo se descubrieron, al ver, Señor, tu enojo, al pasar el soplo de tus narices.
Desde lo alto su mano me tomó, y me rescató de las aguas profundas.
Me libró de enemigos poderosos, de enemigos más fuertes que yo.
Me asaltaron el día en que me iba mal, pero el Señor vino en mi ayuda.
Me sacó a un espacio abierto, me salvó porque me amaba.
El Señor según mis méritos me trata, limpias son mis manos, y él me lo paga.
Porque guardé los caminos del Señor y no hice el mal lejos de mi Dios.
Me acuerdo siempre de sus decisiones, y nunca descarto sus mandamientos.
Ante él soy irreprochable y me cuido de cometer pecado alguno.
Por eso me retribuye según mis méritos, según mi pureza que sus ojos ven.
Con el que es fiel, tú te muestras fiel, si alguien no falla, tampoco tu le fallas.
Con el que es sin doblez, tú eres leal, pero con los tramposos eres mañoso.
Tú salvarás a un pueblo humilde y humillarás los ojos altaneros.
Tú haces, Señor, que brille mi lámpara, ¡mi Dios ilumina mis tinieblas!
Contigo acometo las huestes, con mi Dios escalo la muralla.
Mi Dios, su proceder es perfecto, y su palabra es a toda prueba. El es un escudo para cualquiera que se acoja a él.
Pues, ¿quién es Dios fuera del Señor? ¿quién es la Roca, sino nuestro Dios?
Es un Dios que me reviste de fuerza, un Dios que allana mis caminos.
Asemeja mis pies a los de la cierva, y me hace estar de pie en las alturas.
Adiestra mis manos para el combate, y mis brazos para tensar el arco de bronce.
Tú me das tu escudo de salvación; tu mano me sostiene, tus favores me agrandan.
Puedo alargar el paso, y mis tobillos no van a flaquear.
Persigo a mis enemigos y los alcanzo, no volveré hasta que estén exterminados.
Doy un golpe, y no pueden rehacerse, caen y quedan tendidos a mis pies.
Me revistes de fuerza en el combate, y doblegas ante mí a mis agresores.
Haces que mis enemigos den la espalda, y a cuantos me odiaban aniquilo.
Aunque griten, nadie los salvará, claman al Señor, pero no les responde.
Los trituro como polvo que se lleva el viento, los pisoteo como el barro del camino.
Me libras de las querellas de mi pueblo, y me pones al frente de las naciones. Un pueblo que no conocía me sirve.
Los hijos de extranjeros me adulan, apenas oyen mi voz, me obedecen.
Los extranjeros pierden el ánimo, y salen temblando de sus fortalezas.
¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi Roca! ¡Ensalzado sea el Dios que me salva!
Oh Dios que me concedes el desquite y colocas los pueblos a mis pies, que me libras de mis enemigos y me encumbras por encima de mis agresores, tú me salvas de la gente violenta.
Por eso te ensalzaré, Señor, y en medio de los pueblos cantaré tu Nombre, tú que a tu rey das victoria tras victoria, y sigues con tus favores a tu ungido, a David y a su descendencia para siempre.



Mateo 9, 9-13 No es la gente sana la que necesita médico, sino los enfermos!


Mateo 9,9-13


No es la gente sana la que necesita médico, sino los enfermos!



Jesús, al irse de allí, vio a un hombre llamado Mateo en su puesto de cobrador de impuestos, y le dijo: «Sígueme.» Mateo se levantó y lo siguió.
Como Jesús estaba comiendo en casa de Mateo, un buen número de cobradores de impuestos y otra gente pecadora vinieron a sentarse a la mesa con Jesús y sus discípulos.
Los fariseos, al ver esto, decían a los discípulos: «¿Cómo es que su Maestro come con cobradores de impuestos y pecadores?»
Jesús los oyó y dijo: «No es la gente sana la que necesita médico, sino los enfermos.
Vayan y aprendan lo que significa esta palabra de Dios: Me gusta la misericordia más que las ofrendas. Pues no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.»



jueves, 19 de septiembre de 2013

Eres digno de alabar-.wmv

Salmo 48. Grande es el Señor y muy digno de alabanzas















Grande es el Señor y muy digno de alabanzas, en la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo de hermosa altivez, alegría de toda la tierra. ¡Monte Sión, morada divina, ciudad del Gran Rey!
Dentro de sus torreones está Dios, se ha revelado como su baluarte.
Los reyes se habían unido, y juntos avanzaban, hasta que la vieron... y quedaron pasmados, presas de pánico, se dieron a la fuga.
Allí mismo los agarró un temblor, un escalofrío como de mujer en parto; así es como el viento del oriente estrella a los navíos de Tarsis.
Tal como lo oímos, así lo vimos en la ciudad del Señor Sabaot, en la ciudad de nuestro Dios: él la ha asentado para siempre.
Oh Dios, recordamos tus favores en los patios de tu Templo; que iguale, oh Dios, tu alabanza a tu nombre, y alcance los confines de la tierra.
Impone tu diestra tu justicia; se alegra el monte Sión; los pueblos de Judá saltan de gozo al presenciar tus juicios.
Recorran Sión y den la vuelta, cuenten sus torres . 
Y contemplen sus defensas recorran uno a uno sus palacios; y digan a las nuevas generaciones:

¡así es nuestro Dios! Nuestro Dios por los siglos de los siglos, él nos conducirá.


I Timoteo 6, 2-12 La raíz de todos los males es el amor al dinero!

I Timoteo 6, 2-12

La raíz de todos los males es el amor al dinero!


Los que tienen amos cristianos no deben perderles el respeto bajo el pretexto de que son hermanos; al contrario, sírvanlos mejor, ya que los que reciben sus servicios son creyentes y hermanos queridos.

EL AMOR AL DINERO

 Esto es lo que debes enseñar e inculcar. Si alguno enseña en otra forma y no se atiene a las palabras auténticas, que son las de Cristo Jesús, nuestro Señor, y a la enseñanza que honra a Dioses un ciego que no entiende nada. Ese padece la enfermedad de las discusiones y cuestiones inútiles, de donde proceden envidias, discordias, insultos, desconfianzas y discusiones propias de los que tienen la mente pervertida. Están tan alejados de la verdad que para ellos la religión es un puro negocio.
Es verdad que la religión es un buen negocio, pero en otro sentido, si gracias a ella nos conformamos con lo que tenemos.
Pues al llegar al mundo no trajimos nada, y al dejarlo tampoco nos llevaremos nada.
Conformémonos entonces con tener alimento y ropa.
Los que quieren ser ricos caen en tentaciones y trampas; un montón de ambiciones locas y dañinas los hunden en la ruina hasta perderlos.
Debes saber que la raíz de todos los males es el amor al dinero. Algunos, arrastrados por él, se extraviaron lejos de la fe y se han torturado a sí mismos con un sinnúmero de tormentos.
Pero tú, hombre de Dios, huye de todo eso. Procura ser religioso y justo. Vive con fe y amor, constancia y bondad.
Pelea el buen combate de la fe, conquista la vida eterna a la que has sido llamado y por la que hiciste tu hermosa declaración de fe en presencia de numerosos testigos.



miércoles, 18 de septiembre de 2013

Niño cristiano GANA! en concurso secular....mpg

I Timoteo 4, 12-16 Un modelo de los creyente!



I Timoteo 4, 12-16


Un modelo de los creyente!



No dejes que te critiquen por ser joven. Trata de ser el modelo de los creyentes por tu manera de hablar, tu conducta, tu caridad, tu fe y tu vida irreprochable.
Mientras llego, dedícate a la lectura, a la predicación y a la enseñanza.
No descuides el don espiritual que recibiste de manos de profetas cuando el grupo de los presbíteros te impuso las manos.
Ocúpate de estas cosas y fíjate en lo que dije; así todos serán testigos de tus progresos.

Cuida de ti mismo y de cómo enseñas; persevera sin desanimarte, pues actuando así te salvarás a ti mismo y a los que te escuchan.

Lucas 7,36-50 El poder de la Fe!


Lucas 7,36-50


El poder de la Fe!




Un fariseo invitó a Jesús a comer. Entró en casa del fariseo y se reclinó en el sofá para comer.
En aquel pueblo había una mujer conocida como una pecadora; al enterarse de que Jesús estaba comiendo en casa del fariseo, tomó un frasco de perfume, se colocó detrás de él, a sus pies,
y se puso a llorar. Sus lágrimas empezaron a regar los pies de Jesús y ella trató de secarlos con su cabello. Luego le besaba los pies y derramaba sobre ellos el perfume.
Al ver esto el fariseo que lo había invitado, se dijo interiormente: «Si este hombre fuera profeta, sabría que la mujer que lo está tocando es una pecadora, conocería a la mujer y lo que vale.»
Pero Jesús, tomando la palabra, le dijo: «Simón, tengo algo que decirte.» Simón contestó: «Habla, Maestro.» Y Jesús le dijo:
«Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientas monedas y el otro cincuenta.
Como no tenían con qué pagarle, les perdonó la deuda a ambos. ¿Cuál de los dos lo querrá más?»
Simón le contestó: «Pienso que aquel a quien le perdonó más.» Y Jesús le dijo: «Has juzgado bien.»
Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Cuando entré en tu casa, no me ofreciste agua para los pies, mientras que ella me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha secado con sus cabellos.
Tú no me has recibido con un beso, pero ella, desde que entró, no ha dejado de cubrirme los pies de besos.
Tú no me ungiste la cabeza con aceite; ella, en cambio, ha derramado perfume sobre mis pies.
Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le quedan perdonados, por el mucho amor que ha manifestado. En cambio aquel al que se le perdona poco, demuestra poco amor.»
Jesús dijo después a la mujer: «Tus pecados te quedan perdonados».
Y los que estaban con él a la mesa empezaron a pensar: «¿Así que ahora pretende perdonar pecados?»
Pero de nuevo Jesús se dirigió a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz.»




martes, 17 de septiembre de 2013

martin valverde en concierto (lista de reproducción)

musica cristiana lilly goodman vuelve a casa isabel valdez algod

I Timoteo 3 14-16 Grande es el misterio de la Bondad!

 I Timoteo 3 14-16

 Grande es el misterio de la Bondad!


Que sepa gobernar su propia casa y mantener a sus hijos obedientes y bien criados.
Pues si no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo podrá guiar a la asamblea de Dios?
No se debe escoger a un recién convertido, no sea que el cargo se le suba a la cabeza y el diablo lo haga caer.
Es necesario también que goce de buena fama ante los que no pertenecen a la Iglesia, para que no hablen mal de él y caiga en las redes del diablo.
Los diáconos también han de ser respetables y de una sola palabra, moderados en el uso del vino y que no busquen dinero mal ganado; que guarden el misterio de la fe en una conciencia limpia.
Primero sean sometidos a prueba y después, si no hubiera nada que reprocharles, sean aceptados como diáconos.
Las mujeres igualmente sean respetables, no chismosas, sino serias y dignas de confianza.
Los diáconos sean casados una sola vez y gobiernen bien a sus hijos y su propia casa.
Los que cumplan bien su oficio se ganarán un lugar de honor, llegando a ser hombres firmes en la fe cristiana.
Te doy estas instrucciones con la esperanza de ir pronto a verte.
Pero si me demoro, para que sepas cómo debes portarte en la casa de Dios, que es la Iglesia del Dios vivo, pilar y base de la verdad.
Sin lugar a dudas, es grande el misterio de la Bondad: El se ha manifestado en la carne; rehabilitado por el Espíritu, ha sido presentado a los ángeles. Proclamado a todas las naciones y creído en el mundo, ya fue elevado y glorificado.



Lucas 7 31-35 ¿Con quién puedo comparar a los hombres del tiempo presente?

 Lucas 7 31-35

¿Con quién puedo comparar a los hombres del tiempo presente? 



¿Con quién puedo comparar a los hombres del tiempo presente? Son como niños sentados en la plaza, que se quejan unos de otros:
Les tocamos la flauta y no han bailado; les cantamos canciones tristes y no han querido llorar.
Porque vino Juan el Bautista, que no comía pan ni bebía vino, y dijeron:
Está endemoniado. Luego vino el Hijo del Hombre, que come y bebe y dicen: Es un comilón y un borracho, amigo de cobradores de impuestos y de pecadores.

Sin embargo, los hijos de la Sabiduría la reconocen en su manera de actuar.»


lunes, 16 de septiembre de 2013

ALELUYA, GLORIA, ALELUYA (SALMO 100).wmv

Salmo 100 Sepan que el Señor es Dios, él nos hizo y nosotros somos suyos, su pueblo y el rebaño de su pradera!






















¡Aclame al Señor la tierra entera, sirvan al Señor con alegría, lleguen a él, con cánticos de gozo!

Sepan que el Señor es Dios, él nos hizo y nosotros somos suyos, su pueblo y el rebaño de su pradera.

¡Entren por sus puertas dando gracias, en sus atrios canten su alabanza. Denle gracias y bendigan su nombre!

"Sí, el Señor es bueno, su amor dura por siempre, y su fidelidad por todas las edades".

Lucas 7, 11-17 «Joven, yo te lo mando, levántate.»

Lucas 7, 11-17

«Joven, yo te lo mando, levántate.»



Jesús se dirigió poco después a un pueblo llamado Naím, y con él iban sus discípulos y un buen número de personas.
Cuando llegó a la puerta del pueblo, sacaban a enterrar a un muerto: era el hijo único de su madre, que era viuda, y mucha gente del pueblo la acompañaba.
Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo: «No llores.»
Después se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron. Dijo Jesús entonces: «Joven, yo te lo mando, levántate.»
Se incorporó el muerto inmediatamente y se puso a hablar. Y Jesús se lo entregó a su madre.

Un santo temor se apoderó de todos y alababan a Dios, diciendo: «Es un gran profeta el que nos ha llegado. Dios ha visitado a su pueblo.»
Lo mismo se rumoreaba de él en todo el país judío y en sus alrededores.



domingo, 15 de septiembre de 2013

Salmo 27. ¡El Señor es mi luz y mi salvación! ¿a quién he de temer?







El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién he de temer? Amparo de mi vida es el Señor, ¿ante quién temblaré?
Cuando los malvados se lanzan contra mí para comer mi carne, ellos, mis enemigos y contrarios, tropiezan y perecen.
Si me sitia un ejército contrario, mi corazón no teme, si una guerra estalla contra mí, aún tendré confianza.
Una cosa al Señor, sólo le pido, la cosa que yo busco es habitar la casa del Señor mientras dure mi vida, para gozar de la dulzura del Señor y cuidar de su santuario.
Porque él me dará asilo en su cabaña en tiempos de desdicha, me ocultará en el secreto de su tienda, y me alzará sobre la roca.
Y ahora mi cabeza se levanta sobre mis enemigos que me cercan. Jubiloso en su carpa ofreceré sacrificios con aclamaciones. Quiero cantar, tocar para el Señor.
Señor, oye la voz con que a ti clamo, escucha, por piedad.
Mi corazón de ti me habla diciendo: "Procura ver su faz".
Es tu rostro, Señor, lo que yo busco, no me escondas tu cara. Con enojo a tu siervo no rechaces; eres tú mi defensa, ¡no me abandones, no me dejes solo, mi Dios y Salvador!
Si me abandonaran mi padre y mi madre, me acogería el Señor.
Enséñame, Señor, tus caminos, y guíame por sendero llano.
Líbrame del afán de mis contrarios, pues contra mí se levantan falsos testigos que lanzan amenazas.
La bondad del Señor espero ver en la tierra de los vivientes.

Confía en el Señor, ¡ánimo, arriba! espera en el Señor.